El movimiento estudiantil de 1968, que cumplirá ya cincuenta años a la vuelta de la esquina, y los hechos de Tlatelolco, se han llenado de expertos que no estuvieron allí ni vieron nada: el mito gana terreno.
Carlos Monsiváis, que sí participo en marchas y mítines, así como en la asamblea de intelectuales y artistas, escribió una buena crónica de la manifestación silenciosa.