Los inicios del siglo XXI nos hicieron considerar que podríamos vivir en un mundo más libre, justo y democrático. En unos cuantos años, el escenario se ha tornado confuso y por momentos sombrío. Una gran amenaza se cierne sobre los procesos democráticos en el mundo y aun en las democracias maduras. Desde los atentados del 11 de Septiembre de 2001, se aceleran las tendencias que empujan a la restricción de los derechos y libertades civiles y democráticas.