2012 fue una elección donde los medios electrónicos tuvieron una actuación fundamental. El proceso electoral volvió a mostrar el papel principal del dinero en las campañas políticas, el cual en un país con 50 millones de pobres se convierte en un factor para favorecer la compra y venta del voto, en razón de la miseria económica del mexicano y el tipo de cultura política formada a lo largo de décadas. Si lo que la reforma electoral de 2007 pretendía era limitar el dinero de las campañas que se destinaba a la radio y la televisión, quedó claro que el régimen electoral se ve inmerso en el vasto capital que circula alrededor de las campañas, que ahora no se fue a los spots, sino que se derivó hacia las entrevistas y las actividades promocionales. La propaganda y la estrategia de marketing son parte de la explicación del regreso del PRI a la Presidencia de la República, pero resultaría superficial atribuirlo solo a la campaña mediática o a la sobre exposición en los medios. El presente libro analiza las estrategias de campaña de los candidatos, sus apoyos y otros factores de poder. Aborda cómo planearon y desarrollaron sus campañas y de qué manera utilizaron a los medios o se situaron frente a ellos; así como el papel que jugaron estos en el impulso al candidato del Revolucionario Institucional, en un país donde más del 80 por ciento de la población se informa a través de la televisión y esta es el principal medio de entretenimiento, que ha forjado durante décadas una cultura de telenovela.