La adolescencia es un periodo de cambios trascendentales, tanto físicos como emocionales, en la que el ser humano construye y reconstruye el mundo en el que vive. Dicha reconstrucción deja ver un crecimiento no sólo biológico, sino también psicológico en los jóvenes, que requiere de una guía que contribuya al desarrollo de habilidades cognitivas, psicosociales y afectivas, así como de estrategias metacognitivas que les faciliten la toma de decisiones, la solución de problemas y el establecimiento de un proyecto de vida.