Homer T. Crawford es un auténtico animal político. Nadie en el circo público se maneja como él. Nadie le gana a astucia ni a elocuencia, y nadie entiende a las masas como él las entiende.
Es número uno en popularidad, número uno en contactos, número uno en favores. Número uno también en corrupción, demagogia y escándalos privados.