México crecía vertiginosamente, el mundo atravesaba un momento angustioso, la Ciudad de México se convertía en una metrópoli moderna, todo parecía al alcance de la mano, el aire tenía un aroma a novedad. La vida era una aventura, los niños jugaban a la guerra en Oriente Próximo: batallas en el desierto que se decidían en patios terregosos.