Tras la caída de Azcapotzalco, las tropas aliadas regresan a sus ciudades de origen, en donde esperan a que Nezahualcóyotl sea reconocido y jurado como huei chichimécatl tecutli (gran gobernante chichimeca), pero eso jamás ocurre.
Mientras Chalco y Huexotla se sublevan e inician una serie de invasiones, los mexicas le exigen la mitad de tlatocáyotl (señorío) al Coyote hambriento, beneficio que no formaba parte del acuerdo inicial.