En el año 54 a.C. el ejército romano patrulla a lo largo y ancho de un Imperio creciente, que abarca desde el Mediterráneo hasta el Mar del Norte, desde el Atlántico hasta las orillas del Nilo.
Roma aplica brutalmente sus leyes y sus normas, y sus legiones son la fuerza de combate más eficiente y agresiva del mundo. Tras sobrevivir a varios años de campaña en Britania, el prefecto Cato y el centurión Macro, han vuelto a Roma.