Sumido en una profunda crisis artística y espiritual, Miguel Ángel concebirá la versión final de la tumba de Julio II de una forma que podría condenarlo a la hoguera.
Roma, otoño de 1542. Miguel Ángel se encuentra en el punto de mira de la Inquisición. Vive una profunda crisis religiosa y su amistad con Vittoria Colonna, la marquesa de Pescara, no ha pasado desapercibida.