Uhtred ha recuperado, al fin, Bebbanburg, la fortaleza de sus ancestros. Pero la paz sigue pareciendo imposible, pues se cierne sobre él una doble amenaza. Por un lado, Wessex, donde la lucha dinástica se encarniza para decidir quién será el próximo rey, y Mercia, con la rebelión en el aire mientras el rey Eduardo intenta tomar el control. Y, por todas partes, los invasores del norte continúan su implacable incursión, hambrientos de tierra.