En 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judío de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza así una desgarradora historia en la que sus protagonistas serán víctimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construcción del mismo campo de concentración en el que permanecerán cautivos.