Sin embargo, nuestros protagonistas no tardarán en descubrir que el estado del ejército es el menor de los problemas de la frontera oriental del Imperio. Cuando a Roma llegan noticias del deplorable estado en que se encuentran las tropas que controlan las fronteras orientales del Imperio y de los escándalos en que se ven implicados sus oficiales, se decide mandar a dos centuriones experimentados para restaurar el orden en una zona de vital importancia estratégica.