El horror no siempre se esconde en relatos fantásticos, cargados de bruma, demonios y almas atormentadas. En muchas ocasiones sólo hace falta mirar a nuestro derredor para descubrir cuán horrible puede llegar a ser la vida del hombre y su entorno. ¿Hay algo más terrorífico que ser devorado por unas bestias salvajes? ¿Cómo escapar de la desesperación que te lleva a comerte a tus congéneres en medio de una hambruna provocada por la guerra? ¿Puede la envidia incitar a perturbar el alma de los antepasados, merece la pena molestar el descanso de los muertos por dinero?