La manzana en la oscuridad es la crónica, casi como experiencia mística, de la reconstrucción de un yo destruido. A lo largo del texto Martim, en su huida, debe recuperar dolorosamente su cualidad de hombre que su crimen le ha hecho perder a través, en primer lugar, de una travesía purgatoria del desierto, donde sólo las piedras sus iguales serán sus interlocutores, y después en la hacienda, a través de su descubrimiento de los demás estadios de lo vivo.