Mario González Suárez indaga en la maldad o frustración de seres inevitablemente solos, que aguijoneados por el deseo cometen crímenes, traicionan, blasfeman y encuentran en el odio la justificación para su vida. "El odio, dice uno de ellos, ayuda a comprender que el mundo es despreciable y a soportar la sordidez inherente a los hombres".