Jacomo Robusti, «el Tintoretto», está llegando al final de su vida. A lo largo de sus quince últimos días de lucidez y delirio, el pintor rememora toda su existencia, marcada por su pasión artística y una intensa vida familiar. Asistimos así al nacimiento de su vocación, sus problemas con los círculos artísticos venecianos y la tarea de hacer realidad una obra de extraordinaria abundancia e imaginación desbordada. Por otra parte, la rememoración alcanza las relaciones de su prolífica familia, en especial su vínculo con Marietta...