En los albores del siglo XX, el mundo estaba cambiado. Mientras que, en Corea la invasión japonesa comenzaba, en México la industria henequenera veía su mejor época a costa de la explotación de mayas y yaquis. En el puerto de Chemulpo, hoy Incheon, poco más de mil personas se embarcaron con rumbo a América en busca de un futuro mejor. Se les había prometido un trabajo en un lugar lejano llamado Yucatán.