Al inicio de los años ochenta, Jean Roscoff es un joven académico de izquierdas con una carrera prometedora; casi cuarenta años después, nadie se acuerda de él.
Ya jubilado y recién divorciado, intenta hacerse un hueco en el panorama cultural francés escribiendo un libro sobre un poeta estadounidense prácticamente desconocido que murió en un accidente en Francia a principios de los años sesenta.