Irvine Welsh, el autor de Trainspotting, prefiere hablar de sí mismo como de un "activista cultural" antes que escritor. Y los críticos de la revista ID, que suelen ser árbitros muy exigentes de las últimas tendencias, le han definido como el "más vital, el más subversivo de los autores contemporáneos". En "Éxtasis", tres narraciones entrelazadas por la química (de las pastillas y de los cuerpos), Welsh vuelve a demostrar su gran talento para la provocación, y su genio para la literatura.