Otra vez, inesperada pero siempre temida, llega la depresión a la vida de Orlando Barreto. Los primeros días, quizá semanas, solo se manifiesta por medio de un ligero cansancio que no llega a ser alarmante: Orlando Barreto tiene más ganas de dormir, y busca la cama para hacer pequeñas y respiradoras siestas.