Registramos recuerdos desde el útero materno, además de
llevar todos los de nuestros antepasados. A partir del nacimiento
y del contacto con el padre, la madre y el medio externo
formamos nuestra imagen corporal, aproximándonos al cuerpo
que recibimos para experimentar emociones y pensamientos,
que nos ayudará en la evolución de la conciencia en este mundo.