El tarareo es uno de los sonidos más simples y, sin embargo, más profundos que podemos hacer. La investigación y los estudios más recientes han demostrado que el tarareo es mucho más que un sonido autocalmante. Afecta un nivel físico, reduciendo el estrés, proporciona calma y mejorando nuestro sueño, reduciendo el ritmo cardíaco y la presión arterial, y producir neuroquímicos poderosos como la oxitocina, la hormona del "amor".