¿Recuerda como de niño intentaba e intentaba hacer un barquito de papel? ¿O cuando trataba de realizar la "sofisticada" ranita o el montón de muñequitas unidas a una mano? Todo esfuerzo era en vano. Sólo resultaban hojas rotas, barcos inconclusos, ranas mochas, muñecas sin compañera y esperanzas deshechas, esta fase de su educación quizá le haya acarreado lamentaciones, pero ha encontrado el libro ideal: Maravillas con papel.