Son los escolares, y no los eruditos en la filosofía, quienes ocupan el interés de este libro. No ha sido escrito con afanes de originalidad, ni de demostrar un acucioso trabajo teorético. No su formulación ha estado animada por el empeño de ofrecer a los alumnos, un medio de fácil comprensión y de sencillo manejo, en las tareas que tienen frente a sí, de aprender asignaturas como la lógica.