La Magia combina en una sola ciencia aquello que es más cierto en filosofía, y lo que en la religión es eterno e infalible. Reconcilia de un modo perfecto estos términos, tan opuestos a primera vista: fe y razón; ciencia y creencia; autoridad y libertad. Proporciona a la mente humana un instrumento de certeza filosófica y religiosa tan exacto como las matemáticas.