Gori Lizmayer, autor de la saga Colapso, empieza a entender que sus novelas apreciadas en su momento por un grupo selecto de críticos pronto caerán en el olvido. Se gana la vida como docente en un secundario y haciendo horas extras en un periódico agrícola. Y, para llegar a ser escritor, decidió no casarse ni tener hijos. Ahora está bloqueado: hace rato que no escribe una sola página.