Aire devorado por el agua que absorbe la tierra y sus jardines, que consume ávidamente el fuego. Vista en su conjunto y con asombro, piensa ella recorriendo con la mirada los círculos espirales del Quinteto de Mogador, esta habitación de azulejos y caligrafía que hemos construido es como una máquina para ayudarnos a vivir y pensar el deseo.