En las afueras de Tokio, en una pequeña ciudad bañada por el océano y rodeada de montañas, se encuentra la casa donde Shuichi pasó su infancia y a la que acaba de regresar. Shuichi es un famoso ilustrador, tiene cuarenta años y una cicatriz en medio del pecho. Vive obsesionado con su corazón, al que ausculta todas las noches, y con los recuerdos confusos del pasado. Su madre los manipuló para protegerlo del dolor: siempre le contó una versión dulcificada de sus pequeños dramas.