Francisco de Quevedo (1580, Madrid) se educó cantando letrillas y romances de Góngora en el corazón de Madrid, en el Palacio Real. El segundo hijo de un matrimonio de cinco, terminó por convertirse en el mayorazgo. Estudió en Alcalá y Valladolid. Pronto se significó por su habilidad lingüística y por sus extravagancias festivas, que se saborearon en la corte de Felipe III. Después de un periodo filológico, entregado a las letras clásicas, y famoso ya como poeta, sirvió al Duque de Osuna en Italia (1613-1618).