Estos textos nacieron de la necesidad de escribir lo que va llegando día a día: las personas, los libros, el amor y su contrario. Además, los trenes, los encuentros, el horror de los domingos; el gran embeleso horizontal de nuestros veranos, el despilfarro y el deseo posible: todo lo que llevaba años exigiendo palabras y encontró su sitio en Instagram de a poquitos -en pequeñas pinceladas compactas- hasta convertirse en esta historia que siempre ha comenzado ya.