Ser cabrón es una opción personal. Quien decide no serlo cree que la productividad de la empresa, el desarrollo profesional de su equipo e incluso la felicidad de las personas que integran sus organizaciones es mayor. Los protagonistas de este libro dirigen compañías con más de 100.000 empleados con honestidad, sinceridad, generosidad e incluso el cariño hacia las personas que trabajan con ellos; pero, quizás estén equivocados, o quizás no.