El verdadero liderazgo no es cuestión de tener un determinado trabajo o título. De hecho, ser elegido para un puesto es solo el primero de los cinco niveles que alcanza todo líder efectivo. Para convertirse en algo más que el jefe que las personas siguen solo porque se les exige, debe dominar la capacidad de invertir en las personas e inspirarlas. Para crecer más en su rol, debe lograr resultados y construir un equipo que produzca.