— Se nos está haciendo tarde —dijo contra mi oído.
Me giré un poco entre sus brazos para ver su perfil.
— ¿A quiénes?
— A ti y a mí.
— ¿Para qué?
— Para irnos de aquí.
Esas fueron las últimas frases que escuché dentro de la burbuja que era mi vida perfecta antes de hacerse pedazos en una sola noche.