Saoirse no cree en el amor a primera vista ni en los finales felices. Entre olvidar a su ex y lidiar con la enfermedad de su mamá, siente que su vida necesita un descanso, así que ha organizado el plan perfecto para el largo y caluroso verano antes de empezar la universidad: irá a fiestas, verá películas de terror y dejará atrás todos sus problemas besando chicas.