Pepino tiene un libreta en la que anota todo lo que no debe hacer, pero él prefiere usarla para escribir su diario. En él, pepino habla de sus andanzas con la pandilla del barrio; de lady mariana, su amor platónico; de Luzcle, una niña chiflada y orate, de cuanto sus papás lo mandan a ver pasar los patos, aunque por ahí no pasen ni perros, mientras su general villa y otros héroes hacen la revolución.