A veces los adultos son difíciles de soportar y Mika lo sabe. Sus papás están en uno de esos días en que todo les molesta, por ello decide que lo mejor es platicar con Tomás, aunque sea un gato. Pero cuando están de buenas, Mika y sus papás pueden convertir la casa en una nave espacial y vaciar tazones enteros de palomitas. Eso ocurre casi siempre, pero, ay, hoy fue uno de esos días...