Los conflictos pasajeros entre Agustín y Sofía muestran al lector que, si la amistad es verdadera, los enojos siempre serán pasajeros.
“Todas las noches, cuando ya estoy acostado, listo para dormir, el señor Cosquillas viene a visitarme.” Una historia sobre la ilusión de los niños de ser abrazados y acariciados por papá y mamá antes de ir a la cama; de esa espera diaria para recibir muestras de cariño al finalizar la jornada después de todo lo sucedido durante el día.