¿Quién no ha soñado alguna vez con escapar con el circo? A Sara le encantaría ser cirquera: domar leones, lanzar cuchillos o columpiarse en un trapecio. O tal vez ser una payasa. Eso sería muy fácil. Cuando el circo llega por fin a su ciudad, Sara empaca su maleta y se pone en camino. Todo indica que su sueño esta por convertirse en realidad, aunque quizás algunos sueños requieran un poco más de esfuerzo del que ella anticipe.