Julio vive con sus padres en un edificio que tiene un jardín con área de juegos exclusiva para los residentes. Cuando Lin, la niña china de la tienda en la esquina, comienza a escabullirse en el jardín, niños y adultos la ven como una intrusa problemática a la que es necesario expulsar, a pesar de que lo único que ella quiere es jugar. Rollitos de primavera habla del respeto hacia quienes provienen de una cultura distinta a la propia, del valor de la amistad y el diálogo pacífico como vía para resolver los conflictos.