No sé por qué a mis tíos y a los amigos de mis papás les importa tanto saber a qué pienso dedicarme cuando tenga su edad. Y en cambio a mi hermana nunca le preguntan qué quiere ser de grande. Quizá porque es más chica que yo y piensan que aún no tiene idea del futuro. Sin embargo, ella sí sabe lo que quiere: dice que algún día va a ser sirena.