Chano se encuentra en un dilema existencial: no lo aceptaron en ningún lado para cursar la prepa y tiene que resolver a la brevedad qué hará con su vida. Don Mario, su abuelo, es un señor intratable que se la vive en su cuarto en la azotea tocando el oboe, aislado y enfurruñado con el mundo. Ni hace falta decir que se llevan fatal. Sin embargo, una visita inesperada los arrojará en el mismo camino, por lo que tendrán que aprender a tolerarse.