Una gitana le reveló a Severo: "Llegarás tan lejos como quieras y serás tan rico como deseas. Nada podrá detenerte, ni siquiera tu propia desgracia... ¡Ten miedo de ti mismo, marinero!" Cumplidos los primeros augurios de la adivina, dueño del ingenio "Fortuna", explota a sus esclavos sin sospechar que uno de ellos y su propia hija se unirán para desafiar su poder.