Bolek es un rumano que visita México. Tiene una urgencia, pero ya se resolverá. Algún buen samaritano le prestará el baño. Entonces, llama a la puerta y ¡un coro de cuarenta personas la sale al encuentro! Bolek no sabe qué hacer. Solo quiere ir al baño, no romper la piñata ni comer buñuelos. O tal vez si quiere, pues no se necesita ser mexicano para gozar las posadas.