Clara murió a los trece años en Estados Unidos y reencarnó como gatita en la conflictiva zona de Cisjordania, Medio Oriente. Un día, mientras explora una casa, incautada por soldados israelíes, encuentra oculto a un niño palestino. Clara, el niño y los soldados deben convivir en ese reducido espacio, mientras la tensión entre palestinos e israelíes crece a su alrededor.