Practicar con muñecos de madera ya no es suficiente para Iracundo. No vivir una gran aventura lo tiene tan a disgusto que un buen día, después de comer y sin que sus papás lo miren, monta a su corcel y se adentra en el bosque tenebroso en busca de adversarios a los que pueda vencer. Lo que no sabe es que muy cerca de él ronda un dragón. Una aventura llena de humor, sobre la pluralidad, la diferencia, la inclusión y la amistad.