La obra que le dio fama a Lewis Wallace fue escrita en 1880.
En ella quiso contrarrestar las ideas ateas con una obra de exaltación de sus creencias religiosas bajo la apariencia de novela histórica, al hacer confluir las vidas paralelas del judío Ben-Hur y del Mesías Jesucristo en la época de la dominación romana. Su éxito de ventas y popularidad duró varias décadas. Fue adaptada al teatro y al cine.