Aunque se dice que Faulkner siempre se preocupó por la mirada de los niños, éste es el único relato que escribió especialmente para ellos.
Dulcie, una pequeña niña del sur de Estados Unidos, inicia un viaje en busca del árbol de los deseos acompañada de su cuidadora Alice, su hermano pequeño Dicky, y Maurice, un amigo muy especial. Cuando lo encuentran, sus deseos comienzan a cumplirse y se dan cuenta de lo que ocurre cuando se es egoísta.