En este ensayo sobre La vida airada en la Edad de Oro, el lector verá retratos de pícaros y rufianes, alcahuetas y prostitutas, que bien pudieron ser semejantes a los reales, aunque la materia se tome de los textos literarios.
Por ello, personajes al margen de la ley, delincuentes con su carga de miseria, crueldad y dolor, se convierten en figuras de un friso cómico, apasionante y muy divertido.