El multiculturalismo es considerado como una postura intermedia entre dos extremos, a saber, por un lado, del universalismo; y por el otro, el particularismo. Aunque algunos enfoques se inclinan más por el universalismo y otros por el particularismo. Es evidente el complejo problema que representa el multiculturalismo en las democracias actuales; la unidad y la pluralidad son el origen del conflicto, ya que ponen sobre la mesa el debate de ¿cómo mantener la igualdad y al mismo tiempo, defender la diversidad?