Es indudable la importancia y poder que tienen los intelectuales en México. Aunque sin duda su peso se incrementó en el régimen de la Revolución mexicana, tanto en su función de ideólogos como de críticos recatados de éste, tras la fundación de la república de las letras en el siglo XIX, los intelectuales hicieron notar su presencia en la esfera pública y, más que nada, en la creación de las instituciones nacionales.